Como jugador, estarás jugando contra la casa o banco. Tanto el jugador como el banquero recibirán cada uno dos cartas, ocasionalmente recibiendo una tercera bajo ciertas circunstancias. El objetivo es obtener o acercarse lo más que se pueda a una puntuación de 9. Esta puntuación se logra sumando el valor de las cartas.
Las cartas del 10, Sota, Reina y Rey valen cero, el As vale 1 y el resto de las cartas valen su número marcado. De la suma de las cartas solo se toma en cuenta las unidades del valor y se descartan las decenas. Por ejemplo, si una mano tiene un 8 y un 6, la mano no vale 14 sino 4. Si tanto el banquero como el jugador tienen manos del mismo valor, el juego queda en empate. Ahora solo queda determinar tu apuesta.
Cuando el valor de las dos cartas iniciales ya sea del jugador o del banco es 8 o 9, se le llama mano natural y ya no se reparten más cartas a ninguna de las dos manos. En caso de que ninguno de los dos haya llegado a 8 o 9 se puede pedir una tercera carta.